viernes, 4 de noviembre de 2011

Un castigo ejemplar

Un castigo ejemplar

           Cardo Mariano          Zapatero

Por pedir que no se quede. Especial 15M, los indignados, democracia real ya….. Yo también quiero pedir, entiendo poco de política y de discursos floreados y de que si tiene que ser así o tiene que ser asado,  pero mire usted, se, cuando me están tomando el pelo; se, cuando me están tocando el bolsillo; se, cuando en mis propias narices se están apropiando de mi patrimonio; se, de congelación en las pensiones; se, de subidas de impuestos; se, que algunos se llenan los bolsillos a cambio de vaciar los del vecino; se, de injusticias, de desamparos, de abandono, de pobreza, de impotencia; se, que la justicia se escribe a doble cara. Sí, una para las gentes “ordinarias”, de la calle, la que no tiene para, puede o sabe defenderse. La otra, para los políticos, para las que tienen para, pueden o saben defenderse, para los ricos.
Últimamente he visto, como el Tribunal Constitucional desdecía al Tribunal Supremo. ¡Dios mío!, si esto ocurre a esas alturas, que no ocurrirá en cuestiones que se juzgan al quítame allá esas pajas y que pase otro.
El ciudadano de a pié, está indefenso ante las instituciones, estas en un alarde de poderío, te sancionan justa o injustamente, tú, eres reo y sin atenerse a principio alguno se quedan con tu dinero y ahora, si quieres patalear,  patalea.  El tan aireado principio de presunción de inocencia, es exclusivo del poderoso. Ante las instituciones, eres culpable y ahora, si tienes tiempo y dinero, gástatelo en luchar contra la nada.
Los ayuntamientos, contratan servicios a empresas privadas, generalmente pequeñas empresas que subsisten gracias al trabajo  diario. Trabajar a los ayuntamientos es poco menos que un suicidio empresarial. Pues se permiten el lujo de pagar tarde y a veces muy tarde y a veces nunca. Húndete en la miseria que otro vendrá con hambre.
Hemos visto como algunos se han llenado los bolsillos, hemos visto cuando en nuestras propias narices han vendido servicios municipales y tras las denuncias estas se han desestimado porque las toma de pruebas se han hecho de forma ilegal.
Si las pruebas que se presentan se han tomado de forma ilegal, que se denuncie al que las ha realizado, pero si queda claro que al que se las han tomado es un delincuente, con pruebas legales o ilegales debe ir al talego.
Si la hacienda pública te ha de devolver el dinero que te ha cobrado con anterioridad, te lo devolverá cuando tenga a bien y si no te lo devuelve, pues… a esperar toca, y cuando lo cobres si lo cobras, no habrá aumentado en interés alguno. Si usted debe a la hacienda, se incrementarán las deudas con los intereses que  al “general” de turno le apetezca y si no pagas porque no puedas o porque crees que es injusto, pues nada, no hay proceso posible, te embargan y santas pascuas.
Lo mismo, ocurre con los bancos, si hay crisis hay que sacar a los bancos del atolladero. Pobrecitos, con las pérdidas que tienen.
Si una inmobiliaria poderosa va mal, hay que ayudarla, de lo contrario repercutirá en la economía. Looos pooooobres, cuando ganaban dinero lo repartían con todo el mundo. Mire usted, llegaron hasta a hacer el esfuerzo de venderles a ustedes y a sus hijos las viviendas al módico precio de 5, 6, 7…10 veces lo que costaba construirlas y ahora, queremos dejarlas al descubierto, que malos que somos.
Las compañías telefónicas, navegan a sus anchas. Se puede molestar a una persona, solo porque se pueden realizar llamadas con números ocultos. Las puedes asustar, crearles estado de crispación tal que necesites asistencia sicológica.  Puedes denunciar en la policía, en la Guardia Civil o incluso en los juzgados, puedes rellenar un papel, nadie moverá un dedo por ti, nadie. Podrán insultar, decir cosas aberrantes, a ti, a tus hijos, a tus hijas, a tu esposa…. Nadie moverá un dedo, ni los juzgados ni las compañías telefónicas. El delincuente seguirá impune. Pero ojo, si usted por las casualidades de la vida descubre al delincuente, ¡cuidado!, no le eches el aliento que te empluman.
Se me quedan miles de cosas en el tintero, tantas como ciudadanos decepcionados, humillados, acobardados y resignados. Los políticos se han hecho con el poder, con el poder del que puede hacer lo que le venga en gana, arropados por sus propios partidos. Hemos llegado a un estado de corrupción inconmensurable que nadie se atreve a denunciar, porque nos hemos acostumbrado a que tengan sus propios medios de comunicación y decimos: este medio denuncia a estos porque es contrario a esa política, el otro medio lo defiende porque es afín a esa política. Todo lo han montado los que viven de la política, todo es una falsa, una obra de teatro, una comedia.
Yo, pido un castigo ejemplar para todos los corruptos, para todos los que han montado este tinglado, para todos los que han permitido y siguen permitiendo que esta bola de falsedades siga creciendo, y como no conozco a los que están detrás de todo esto, pido ese castigo para sus cabezas visibles, para los que se suben en las poltronas, para los que lanzan los discursos de falsas esperanzas, para los que nos engañan cada cuatro años. Pido, que se les castigue a alpargatazos en las plazas públicas de todas las ciudades y de todos los pueblos, Para que se les caiga la cara de vergüenza, alpargatazos con una alpargata vieja, pues una nueva sería demasiado para ellos. ¡Alpargatazos!, hasta que en el trasero se les quede grabado el número de ciudadanos decepcionados y que cada vez que se bajen los pantalones sientan el dolor de la vergüenza si es que la conocen

El Cerro de la Fuente

El Cerro de la fuente

El Molino
El Cerro de la fuente, está situado en la localidad extremeña de Malcocinado (Badajoz). Para llegar allí   desde donde ví la luz, has de pasar por lo que en su día era el huerto de Torres, una amplia huerta desaparecida al día de hoy. Unos cuantos de pasos mas adelante  y a la izquierda,  nos encontramos una edificación ya casi derruida por el tiempo, El Molino (habitado en mi niñez por Gabriel, quien le dio nombre al huerto adosado, un hombre siniestro, al menos para mí, y a mi modo de ver y con recuerdo añejo, violento), y a la derecha el huerto de Rafalito que en su día fue la Huerta de la Celestina, si los recuerdos no me traicionan.

                                                 Camino a la Fuente Vieja

Caminando pues, entre estas dos huertas o huertos que yo tengo mis dudas, enfilamos hacia la parte mas baja, junto a la huerta de la Felipa,  la Fuente Vieja, esa fuente que tan buenos recuerdos me trae, cuantas veces anduve por sus paredes, cuantos sorbos apagaron mi sed en aquellos veranos severos de mi infancia, La Fuente Vieja, nacimiento del Cerro de la Fuente, lugar donde no hay una estrella invisible. 

sábado, 24 de septiembre de 2011

El Afilaó

hay veces que recordamos cosas de nuestra juventud, hace unos días vi a un afilador por la calle. Hace tiempo que pensaba que este oficio estaba ya extinto.
La cuestión es que esta imagen trajo a mis recuerdos algunos de aquellos días de mi juventud. Esta situación, no me recordó exactamente a los afiladores, si no, un personaje que en su día me hizo reír y con el que disfruté en su momento por sus actos y representaciones.
Me refiero  a mi entrañable amigo Camilo. Camilo, cuando ya la noche pasaba por largo y en alguna ocasión los astros del alba se escondían; empapados de alegría, comenzaban las actuaciones de  Camilo:
Normalmente necesitaba una silla de anea que usaba a modo de bicicleta, con el cuerpo ligeramente flexionado sobre la silla sujetando los morriones con ambas manos, como sujeto al manillar y haciendo pedales con la pierna derecha, cantaba:
Soy maestro afilaó que vengo de Engalaterra, en esta esquinita me paro con ganas de trabajá, saco mi cuchillito y me pongo a afilá (paseaba la palma de la mano abierta en un vaivén de palma y reverso a modo de afilar el cuchillo imaginario), lliiiii,lliiii,lliiiiii. Me asoma una niña al balcón y me dice de esta manera: “Señor afilaó, ¿Cuánto me va usté a llevá por amolá estas estijeras?,”.”Le llevaremos dos rales si está conforme en er trato, si quiere, también le remacho er clavo. lliiiiii, lliiiiiii, lliiiiiii”

¡Otra vez! Camilo, venga, otra vez, gritábamos todos entre aplausos y vitores. Y allá que iba Camilo con su siguiente interpretación, que no era ni mas ni menos que la misma. ¡Vamos, que lo bordaba!

¡Gracias Camilo!, por aquellos inolvidables momentos. Esos momentos que hoy día recuerdo con nostalgia, pero que al final me llenan el corazón de alegría.